Conocemos que los órganos se encuentran comunicados de una manera muy cercana y es también de conocimiento que las bacterias que conviven en nuestras mucosas son muy caprichosas y no se conforman con un único espacio.
Las bacterias necesitan invadir otras zonas y esto también sucede con las que se encuentran concurrentes con otras localizaciones de nuestra anatomía, como los oídos, nariz y boca.
- Oído. Cuidar los oídos para una mejor calidad de vida, cuidar las estructuras que conforman este órgano, el oído en específico no es difícil de mantenerlo bien. Pero lo que pasa es que en la actualidad existen múltiples factores que pueden estimular para dañarlo. Las ciudades son muy ruidosas y tienen mucha contaminación.
- La nariz. También es otra abertura donde tiene entrada patógenos. Por esta razón cuenta con sus propios sistemas de protección.
-En el interior del oído. Al igual que sucede con la vista o con las articulaciones, a medida que pasan los años el oído va sufriendo cierto daño.
Pero es posible conservar todas las estructuras internas en un buen estado durante largo tiempo. Esto lo podemos lograr si no las sometemos a esfuerzos grandes.
Nota: Un primer síntoma de pérdida auditiva es no entender bien lo que se te dice.

– En el interior de la nariz. Las fosas nasales no solo tienen como función el sistema olfatorio. Este órgano tiene establecido en realidad multitud de finalidades.
Entre estos objetivos se encuentra la respiración, el habla y el contribuir a que todo el organismo se adapte al entorno sin realizar esfuerzos extras.
Lo más lógico es pensar que respiramos por ambas fosas nasales al mismo tiempo, pero lo cierto lo normal es que la entrada del aire se va turnando en la mayoría de las veces.
Los especialistas recomiendan respirar siempre por la nariz y lo no por la boca, ya que el aire que entra en los pulmones ya está acondicionado y los pelitos que se encuentran presentes en el área han hecho de barrera filtrando todas las impurezas.
