Elegancia
¿Qué es la elegancia? La mayoría de las personas y más aún cuando no tienen el conocimiento claro de qué es elegancia suelen confundirlo con dinero, prendas caras, etcétera.
Sin embargo, no está más lejos de la realidad, la elegancia, así como el estilo van mucho más allá de la ropa de portas.
Es saber estar: el comprender y darle sentido a esta frase es complejo y pienso que la elegancia, así como el estilo, son muy similares; es educación, higiene personal impecable, nobleza en tus acciones, al igual que el estilo es la combinación de conocimientos que te hacen distinto de los que te rodean.
La elegancia se define por sí misma en un conjunto de cosas que te hacen mejor en tu persona y muchas no solo tienen que ver con las prendas que se utilizan, sino también con la manera en la que te expresas y te relacionas con los demás.
Estilo: Modo, manera, forma de comportamiento, el toque personal que se imprime en cada ocasión.
Elegancia: Gracias, galanura, distinción, el comportamiento que se tiene en cada momento de tu vida.
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Una persona que es elegante
Por ejemplo, una persona elegante no solo se viste bien, sino que también actúa con respeto y consideración, mostrando empatía hacia las circunstancias ajenas.
Y aunque el estilo y la elegancia van mucho de la mano, no son lo mismo; el estilo es más personal y un estilo original no siempre es elegante, mientras que la elegancia se nutre de valores más profundos que trascienden lo superficial, convirtiendo así cada interacción en una demostración gusto exquisito y distinción.
La elegancia requiere de practicar, experimentar, incluso al principio imitar a quienes la tienen ya que gracias a esa experimentación se puede llegar a descubrir el propio. Obsérvate y sé un verdadero juez de tu persona. Aun cuando tu estilo sea sport debemos tener esa chispa para combinar correctamente y mantener la elegancia.
La ropa no te hace elegante
Recuerda, la ropa no te hace elegante, ya que una persona elegante puede llevar igualmente muy bien un Chanel, Purificación Gracia o H&M o algo más barato, y su porte y actitud siempre serán lo que realmente destaquen.
La verdadera elegancia proviene de la confianza en uno mismo y la forma en que se llevan las prendas, pues incluso la ropa más barata puede brillar si es llevada con gracia y autenticidad. Pero si no se es elegante, simplemente la ropa aún más cara no lucirá, ya que la estética no depende del precio, sino de cómo se combinan los elementos y se expresa el estilo personal, recordando que lo más importante es sentirse cómodo y fiel a uno mismo.
Confunden mucho la elegancia con lo caro, pero sin duda es con la sencillez con la que la tienen que comparar. La verdadera elegancia no radica en ostentaciones ni en el costo de las cosas, sino en la capacidad de destacar lo simple, lo auténtico, y lo que refleja un gusto refinado sin necesidad de complicaciones.
La sencillez permite que la elegancia brille de manera natural, ya que está en los detalles más sutiles y en la forma en que se presentan las cosas, recordándonos que, a menudo, menos, es más.
Así que las personas no entienden la palabra sencillez, la cual significa (facilidad, simplicidad, asequibilidad, elementalidad, factibilidad, carencia de arrogancia, vanidad o ambición) las personas sencillas tienen valor moral.
La elegancia actual
La elegancia de hoy no es la misma que la de hace 30 años. La elegancia actual tiene que ver más con una actitud despreocupada y un enfoque en la comodidad sin sacrificar el estilo; un ejemplo de ello es el combinar una chaqueta muy sofisticada con unos jeans, donde la clave está en la elección de los accesorios y el ajuste de las prendas.
Ya no tenemos que ponernos elementos incómodos, lo que redefine el concepto de elegancia contemporánea, permitiéndonos expresar nuestra personalidad a través de la moda.
Esta nueva forma de ver la elegancia nos anima a experimentar y a divertirnos con nuestras elecciones de vestuario, asegurando que cada look refleje nuestra esencia única y nos haga sentir seguros y cómodos en cualquier ocasión.
Nuestro entorno
Algo que debemos tomar mucho en cuenta, es que para lograr ser elegantes es necesario siempre estar atento a lo que sucede a tu alrededor. El mantenernos informados de lo último en tendencias, moda, y desarrollos sociales nos hace mantenernos actuales y nos permite adaptarnos a diferentes situaciones con confianza y gracia.
Además, cultivar un sentido de curiosidad sobre el mundo que nos rodea no solo nos enriquece culturalmente, sino que también nos ayuda a conectar con otros de manera más efectiva.
De lo contrario, si descuidamos nuestra capacidad de observación y nos aislamos de lo que ocurre, nos vamos a ir rezagando y es probable que te vuelvas rancio, perdiendo la conexión con el dinamismo de la vida contemporánea y alejándote de lo que realmente significa ser elegante en el mundo actual.
No es necesario tener muchas prendas
Recuerda que para ser una persona bien vestida no se necesita de tener mucha ropa. Es bueno reciclarla, tirarla, modificarla; tener un clóset básico, centrado, con tres cambios para todos los días y otros elementos de capricho que debes ir mezclando y modificando.
Siempre lo básico tiene que ser de calidad, para que pase la prueba del tiempo. Si quieres tener una chaqueta u otra prenda de calidad que sea espectacular, costosa, siempre piensa cuánto y cómo la usarás.
Si vas a utilizarla mucho se amortizará la inversión que se hizo en ella, ya que cada uso adicional representa un costo por prenda cada vez menor. Piensa que una pieza de ropa que se reinvente durante muchas temporadas, adaptándose a diferentes estilos y tendencias, será siempre una buena compra, no solo por su versatilidad, sino también por la durabilidad que ofrece.
Cuando la economía es un factor
Es necesario tener en cuenta que cuando la economía juega en contra para adquirir piezas, se debe actuar con cautela e inteligencia. Se tiene que invertir en piezas versátiles.
Si se desea darse un capricho y comprarte una prenda que sabes que no estará de moda en un año, piensa bien y no inviertas mucho en ella. Las prendas vintage son una muy buena opción para renovar el guardarropa sin dejarte en ello todos tus ahorros.
Una persona con elegancia tiene la capacidad de hacer compras donde sea, desde boutiques exclusivas hasta mercadillos locales, siempre encontrando piezas únicas que realzan su guardarropa.
El precio, como la limpieza, no están reñidos con la elegancia; de hecho, a menudo son los detalles más simples y asequibles los que pueden elevar un conjunto. La verdadera elegancia radica en la habilidad de combinar colores, texturas y formas de manera armoniosa, demostrando que la moda no tiene que ser costosa para lucir sofisticada y bien cuidada.
Tips
1.- Se tú misma, a veces es bueno y necesario dejarse llevar por la intuición, ya que esta puede guiarnos a decisiones que la razón no siempre alcanza a comprender. Escuchar ese pequeño susurro interior no solo nos conecta con nuestras emociones más profundas, sino que también puede abrirnos puertas a oportunidades inesperadas y enriquecedoras en la vida, recordándonos que no todo tiene que seguir un camino preestablecido, y que la autenticidad puede ser nuestra mayor fortaleza en un mundo que a menudo valora las apariencias sobre la esencia.
2.- Realiza una revisión del armario. No vivas de recuerdos y siempre recicla la ropa que ya no te pongas o ya no te queda, ya que conservar prendas que han perdido su utilidad solo ocupa espacio valioso que podría ser destinado a nuevas adquisiciones.
También te brinda la oportunidad de donar o vender aquellas piezas que aún están en buen estado y pueden ser útiles para otras personas. Al hacerlo, no solo actualizas tu guardarropa, sino que también contribuyes a un consumo más sostenible y responsable, fomentando la economía circular y ayudando a reducir el desperdicio textil.
3.- Algo que siempre debemos de hacer cuando compramos ropa nueva, sin duda debemos de analizar la vida que se lleva. Si trabajas un 80% y haces vida social 10%, el guardarropa tiene que ir relacionado con eso, teniendo en cuenta no solo las actividades que realizas, sino también los lugares que frecuentas y el clima en el que vives.
No se puede comprar muchos vestidos de cóctel cuando no se sale mucho o trajes sastre si no trabajas en oficina, ya que esto puede llevarte a acumular prendas que no utilizarás, ocupando espacio valioso en tu armario. Antes de adquirir una prenda espectacular, medita si la vas a utilizar lo suficiente como para que valga la pena adquirirla; piensa en las ocasiones específicas donde podrías lucirla, así como en la versatilidad que puede ofrecerte. Recuerda siempre ser consciente de tu estilo de vida y tus necesidades diarias para encontrar un estilo personal que realmente refleje quién eres y que te brinde comodidad y confianza en cada ocasión.
4.- Observa tus proporciones: analiza los largos que te quedan bien y las siluetas que te sientan mejor. Es fundamental que prestes atención a cómo cada tipo de prenda se adapta a tu cuerpo, ya que esto puede realzar tus mejores características y disimular aquellas que prefieres no resaltar.
Por ejemplo, las prendas más largas pueden alargar visualmente tu figura, mientras que las siluetas ajustadas pueden acentuar tu cintura. Experimenta con diferentes estilos y cortes, y no dudes en pedir la opinión de amigos o expertos en moda, pues a menudo, una segunda opinión puede ofrecerte una nueva perspectiva sobre lo que realmente te favorece. Además, considera la importancia de los colores y texturas, ya que también juegan un papel crucial en la percepción de tus proporciones.
5.- El lujo obvio no es sinónimo de elegancia, ya que la verdadera elegancia reside en la sutileza y la sofisticación de las elecciones personales. Utiliza las cosas porque se te ven bien y te quedan bien, por su calidad o estética, no porque estén llenas de logos que gritan ostentación.
Las prendas y accesorios deben reflejar un sentido del estilo que va más allá de la marca y de lo superficial. La elegancia se manifiesta en cómo combinamos nuestras elecciones, el corte de las telas, la suavidad de los materiales y la armonía de los colores, elementos que, en conjunto, pueden realzar nuestra presencia sin necesidad de recurrir a lo obvio. Es importante recordar que el verdadero lujo se siente, se experimenta y se comparte, y no se muestra de manera exagerada.
La elegancia es tener buen gusto
Lo que para algunas personas es hermoso, para otras es feo, impráctico o hasta cómico. Hay personalidades que llevan sobreros exóticos, un maquillaje pronunciado o un atuendo antiguo y lucen bien, desafiando las convenciones y creando una impresión única que trasciende la mera estética.
Otras, probablemente menos atrevidas, no arriesgan tanto y, sin embargo, se ven ridículas, ya que la falta de autenticidad se hace evidente. No existe mal gusto o buen gusto; simplemente hay gusto o no lo hay.
Cuando se dice que no hay gusto, es porque simplemente no han desarrollado un sentido de lo que es estéticamente agradable; esto puede ser resultado de una educación limitada en cultura visual o de experiencias personalizadas que no han nutrido su percepción.
No conocer bien su propio físico, no tomar en cuenta la edad y no saber exaltar los atributos, son factores que descalifican la personalidad y estilo de vida de un individuo, lo cual da como resultado una gran incoherencia entre lo que es esa persona y la ropa que lleva.
La conexión entre la autopercepción y la vestimenta puede ser un reflejo de la confianza que se transmite al mundo, y cuando esta conexión está ausente, se puede observar un distanciamiento entre la esencia del individuo y su proyección externa.
Algunos individuos suelen vestir de manera original, destacándose por su creatividad y sentido del estilo personal. Su atuendo probablemente no sea del gusto de todos, pero funciona como un todo que integra a la persona con su ropa, reflejando su identidad y su historia.
Cada prenda que eligen tiene un motivo, ya sea una conexión personal, una influencia cultural o simplemente un anhelo por expresar su individualidad. Además, también hay casos en donde se es más observadora, lo cual hace que ese gusto sea más universal y fácil de entender, permitiendo que los demás aprecien la intención detrás del atuendo, la cual trasciende el simple hecho de vestirse.
La lucha por una mejor imagen
La elegancia no se puede comprar con productos caros que, aunque son parte esencial porque garantizan que vas a tener un producto de calidad, y al mismo tiempo pueden ser parte de tu estilo; pero pretender que en sí mismos te den personalidad es sin duda un gran error.
Cuando una persona se viste de pies a cabeza con alguna marca de diseñador se ve políticamente correcto. Sin embargo, al utilizar un traje con una camiseta lisa y unos tenis de piel se verá elegante y con estilo.
Como se puede observar no solo se puede hablar de una persona con poder adquisitivo sino con personalidad, alma y creatividad.
El arma perfecta
Al final del día, es un arma más para conseguir tus fines al momento de vestir. La tarea será el descubrirlo, analizarlo, conocerlo y sacarle el mayor partido, ya que cada prenda y cada accesorio puede influir y hacer de tu atuendo perfecto.
Es fundamental entender que una vez que se conocen cuáles son las cosas que mejor te sientan y te favorecen más, será mucho más sencillo que juegues con tu ropa de tal forma que se vuelva esa herramienta indispensable que te ayuda a conseguir todo lo que tienes en mente, permitiéndote expresarte con confianza, estilo y elegancia en cada ocasión que la vida te presente, haciendo de tu guardarropa un aliado clave en tu día a día.
Película
Una película que describe muy bien cómo es la elegancia y la sencillez es: La Cenicienta original, donde el vestido con el cual se presenta ante el príncipe es tanto elegante como sencillo.
Este vestido, con su corte clásico y delicados detalles, simboliza la transformación de Cenicienta de una joven despreciada a una verdadera dama, pero no solo es el vestido, sino también su forma de tratar a todos los que la rodean, su nobleza, sus modales y belleza.
A pesar de solo vestir ropa muy desgastada en la mayoría de la película siempre tiene algo que atrapa a diferencia de sus hermanastras que disfrutan de todo; las cuales no tienen ni la gracia, ni la chispa y son carentes de muchas cualidades. Tal vez sea muy buena idea volver a verla ahora que se tiene una mayor conciencia ya que se puede encontrar muchos mensajes sobre elegancia y más.
Cuando se es realmente elegante
- Recordar que existen elementos que te hacen elegante como el allure natural (atractivo, encanto, fascinación, sexual allure) que no tiene que ver con la ropa ni con el nivel económico de la persona.
- Cuando se es elegante lo eres en cualquier lugar y circunstancia. La verdadera elegancia no está sujeta a convenciones o a estándares burgueses.
- Una persona que es realmente elegante nunca se verá afectada por el estatus social, edad, intelecto.
- La elegancia o el estilo va con la forma en que portas la ropa. No con la ropa misma.
- Lo mejor para seguir siendo elegante es no diluirse en las épocas, continuar la evolución de la moda y no porque algo te quedó bien en una determinada fase de tu vida no quiere decir que no haya algo más, y mejor que supere esa fase linda, tomar en cuenta que en cada ciclo existen rendas lo que puede quedarse como atemporal, sin embargo, también está lo que debe cambiar.
- Recuerda que es importante sentirte libre, utiliza lo que quieras, pero siempre con valentía, pero sobre todo con gracia.
- No existe una lista para ser elegante o para desarrollarla, pero si hay circunstancias en las cuales nos permite desarrollarla de forma natural. Algo a tomar en cuenta es que las personas pueden mejorar y por supuesto que el dinero es de gran ayuda, pero sin duda el dinero por sí solo jamás va a ser suficiente. La idea de elegancia de una persona nunca debe tener relación con la idea que tú tienes.
- La elegancia es sin duda belleza.
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Su descripción me recuerda mucho al concepto de habitus de Pierre Bourdieu, que describe el comportamiento o los modales de una persona. También llamado comportamiento social. Hoy en día es más raro.
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Voy a ser franca, no lo conocía, lo acabo de investigar y ha sido muy productivo, sin duda lo voy a tomar en cuenta. Agradezco mucho su aportación y su comentario. Saludos!!
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Money cannot provide Inner grace, poise, and good manners.
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I totally agree!!! Thank you very much for your comment. Best regards 😀
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Es algo importante, saludos y gracias 🤩
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¡¡¡Muchísimas gracias!!! Para mí es muy importante su visita y sus palabras. Saludos.😀😀
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💙
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¡¡¡Muchas gracias!!! Saludos.
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Espero ser una persona elegante
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Sí, tiene mucha razón. Uno siempre espera ser una persona elegante ya que trabajamos día con día para mejorar, porque es una constante para no caer en el estancamiento.
Aprecio muchísimo sus palabras y visita. Reciba un saludo caluroso.
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Saludos cordiales de mi parte también… saludos por escribir juntos.
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