La mesa
La disposición de la mesa dependerá, naturalmente, de aquello que se piensa ofrecer a nuestros invitados. Será muy diferente si se trata de una comida de etiqueta o de una merienda, ya que las expectativas y el ambiente que se desean crear variarán significativamente. En una comida de etiqueta, por ejemplo, la mesa debe estar impecablemente decorada, con manteles elegantes, vajilla fina y una disposición que permita una conversación cómoda entre los comensales. Por otro lado, para una merienda más informal, la decoración puede ser más relajada y acogedora, permitiendo que los invitados se sientan en un entorno menos rígido. Es crucial estar muy bien preparada para quedar bien en todas las ocasiones y demostrar ser una perfecta anfitriona, lo que implica no solo saber elegir los elementos adecuados para la mesa, sino también estar atenta a los detalles, como la elección de la música de fondo, el tipo de bebidas que se ofrecerán y la preparación de algunos alimentos que puedan realzar la experiencia.
Desayuno
Utilizar con preferencia el mantel individual, que a esta hora del día se presta a ser de animados colores que alegran la vista y crean un ambiente agradable en la mesa. Colocar el tazón para la leche, el café o ambos, a la derecha del plato, asegurándose de que esté bien alineado para facilitar su uso, y a su izquierda un platito con cuchillo para la mantequilla, que debe ser un utensilio limpio y cómodo, listo para untar, de modo que cada comensal pueda disfrutar de una experiencia agradable y sin complicaciones durante la comida. También es recomendable agregar una pequeña servilleta de tela, que combine con el mantel, para dar un toque de elegancia y formalidad al servicio.
Comida
Para la comida se podrán encontrar frente a los más diversos casos; un día será una comida familiar, donde la calidez y el amor se entrelazan en cada platillo compartido; otro, la celebración de un santo o de un cumpleaños, momentos especiales que generan recuerdos imborrables en el corazón de quienes participan. En otras ocasiones, probablemente tendrás que ofrecer una comida a personas casi desconocidas para nosotras, ya sea para fomentar nuevas amistades o fortalecer vínculos profesionales, y que ante las cuales, no dudo, te interese quedar muy bien, porque es importante causar una buena impresión y hacer sentir a los invitados como en casa. Todo esto requiere una cuidadosa planificación, desde la selección del menú hasta la decoración del espacio.
Comida informal
Mientras todo se realice entre invitados conocidos, no tendrás que complicarte con pensar en formalidades. Sin embargo, sí que será importante el buen aspecto de la mesa, procurando que no falte el menor detalle, desde las servilletas bien dobladas hasta la correcta disposición de los cubiertos, lo que refleja el cuidado y la atención que has puesto en la preparación. Además, es recomendable considerar la elección de una bonita vajilla y una adecuada decoración que complemente el ambiente. Permitir que cada cual se coloque en el lugar que más le plazca es fundamental para crear una atmósfera relajada y amena, teniendo en cuenta naturalmente que las damas y los caballeros estén en orden alterno, lo cual no solo facilitará las conversaciones, sino que también mostrará un sentido de respeto mutuo y elegancia en la disposición de los asientos.

Comida etiqueta
Cuando hablamos de una comida de etiqueta, el orden será el siguiente: el invitado de honor debe sentarse a la derecha de la dueña de la casa, lo cual es un gesto de respeto y consideración hacia la persona más importante de la velada; su esposa o invitada de honor deberá colocarse a la derecha del dueño de la casa, quien, a su vez, debe asegurarse de que todos los invitados se sientan cómodos y bienvenidos. El resto de los asientos serán ocupados por los demás invitados que queden por sentarse, teniendo en cuenta que el acomodo debe facilitar la conversación y la interacción entre los asistentes. Los señores de la casa siempre deben ocupar respectivamente, los extremos de la mesa cuando se trata de una mesa rectangular, asegurando así que puedan supervisar el desarrollo de la cena y hacer los brindis correspondientes al inicio y al final de la misma, pero, claro está, sin que ello perjudique el orden alterno de señora y caballero, ya que mantener este patrón es fundamental para ofrecer un ambiente armonioso y elegante durante toda la comida.
También se acostumbra a colocar una tarjetita ante cada cubierto con los nombres de los invitados, lo cual añade un toque de elegancia y personalización a la mesa; sin embargo, esta formalidad ha caído en desuso en eventos más informales, aunque todavía se considera justificada en los grandes banquetes, donde la disposición meticulosa de los asientos y la correcta identificación de los comensales son fundamentales para fomentar una atmósfera de cortesía y sofisticación que invite a la interacción social y al disfrute de la velada.
En cuanto al orden de servir, hay que empezar por el invitado de honor e ir siguiendo alrededor de la mesa, prestando atención a la disposición de los comensales para asegurarse de que todos se sientan incluidos en la experiencia. Lo mejor es alternar el orden en cada plato, ya que así se evita que sea siempre el mismo invitado el que resulta servido en último lugar, lo que podría dar lugar a situaciones incómodas y a la apariencia de favoritismo. Además, esta práctica contribuye a una atmósfera más amena y equilibrada, donde cada persona tiene la oportunidad de disfrutar de la comida al mismo tiempo que interactúa con los demás. También se puede considerar la posibilidad de hacer pequeñas pausas entre los platos, permitiendo que las conversaciones fluyan y los invitados se sientan más conectados entre sí.
Si se carece de servicio, es muy importante disponer de una mesita adicional que nos ahorrará muchos paseos innecesarios y evitará, además, el desagradable aspecto de una mesa abarrotada de platos. Esta mesita no solo funcionará para colocar los platos y vasos, sino que también puede ser un espacio práctico para desplegar algunos aperitivos o incluso postres que puedan disfrutar los invitados mientras se socializa. En este caso, lo mejor será, también, que se sirva el café en un living, un entorno más relajado y desahogado que fomentará la conversación. Podrás tener allí las cosas preparadas, incluyendo leche, azúcar y algunos sabores adicionales, y hacer el café mientras los invitados pasan a esta habitación. De esta forma, no solo se optimiza el espacio, sino que también se crea un ambiente cálido que invita a los asistentes a sentirse relajados y bien atendidos. Ello nos evitará el tener que retirar apresuradamente todo el servicio de la mesa, permitiéndonos disfrutar de la velada sin preocupaciones y dedicar más tiempo a atender a nuestros invitados.
No olvidar que estas formalidades son convenientes, pero que el deber principal del anfitrión será dirigir la conversación, procurando que ésta sea manejable y evitando que tome giros molestos o inconvenientes. A lo largo de la reunión, el anfitrión debe estar atento a las señales de malestar entre los invitados, interviniendo con tacto y habilidad siempre que sea necesario. Además, es fundamental que el anfitrión fomente un ambiente de inclusión y respeto, animando a todos a participar y compartir sus opiniones. De este modo, no solo se asegura que la charla fluya de manera armoniosa, sino que también se fortalece el vínculo entre los presentes.

Cena improvisada
Cuando se tiene una cena improvisada es muy frecuente que un grupo de amigos, después de haberse encontrado en algún lugar como el teatro o un evento musical, etcétera, deseen finalizar la velada cenando juntos, o cuando llega una visita inesperada y solo se desee de disfrutar de una buena compañía y un ambiente acogedor. Si piensas ofrecerla en nuestra casa, es fundamental tener en cuenta que eso puede suceder en cualquier momento, por lo que es crucial que tu hogar esté siempre listo para recibir invitados. Esto implica que debes realizar la limpieza necesaria y asegurarte de que todo esté organizado para servir una mesa que sea atractiva y hospitalaria, incluyendo características como un buen vino que complemente la cena, copas lindas que añadan elegancia a la experiencia, una vajilla que sea tanto funcional como hermosa y que esté libre de daños, velas para crear un ambiente cálido, un mantel limpio y atractivo que aporte un toque especial, además de música agradable de fondo que fomente la conversación y el disfrute. También es importante tener a mano agua mineral para complementar los alimentos a servir. En cuanto a la comida, es recomendable contar con opciones que se puedan preparar al momento y que sean rápidas de hacer, como unos deliciosos huevos fritos, unos sabrosos filetes de ternera a la plancha, o incluso preparar un par de platos que ya estén listos, como una ensalada fresca o un plato de pasta que puedas calentar rápidamente, lo que garantizará que la cena sea un éxito, dejando a todos satisfechos y felices para concluir la noche.

Té o café
A media tarde o por la noche suelen reunirse los amigos para charlar agradablemente alrededor de unas tazas de té o de café, creando un ambiente acogedor y cálido que favorece la conversación. Generalmente son grupos de seis o siete personas, lo cual hace que la dinámica sea más íntima y divertida, por lo que una mesita pequeña bastará para disponer todas las cosas necesarias. Cubrirla con un lindo mantel que complemente la decoración del lugar es fundamental; disponer las tacitas y platos junto con las cucharillas en una bandeja, para irlos repartiendo entre los amigos, añade un toque personal. Los demás cubiertos son innecesarios ya que también se procura servir pastelillos o canapés, que son opciones ideales para comer sin mayor formalidad, por lo que no es necesario su uso. Las servilletas pueden ir dobladas en forma de triángulo y situarlas juntas en una esquina de la mesa, lo que no solo es práctico, sino que también resulta estéticamente agradable, invitando a todos a disfrutar de una velada que se delatará como una celebración de la amistad y la buena compañía.

Cumpleaños, Navidad, Año Nuevo, Reyes
Estas ocasiones se prestan de modo especial, lo que invita a que la presentación de la mesa sea exclusiva y meticulosamente cuidada. Por Navidad, se puede lograr maravillosos efectos combinando ramas de acebo o de muérdago con velitas, creando así un ambiente acogedor y cálido, perfecto para compartir momentos inolvidables con seres queridos. La adición de adornos brillantes, como esferas y lazos en tonos dorados y rojos, complementará la decoración, ofreciendo un toque de elegancia. Además, otros temas propios de esos días, como figuras de renos o pequeños árboles navideños, pueden ser incorporados para realzar el espíritu festivo. Los típicos colores en los temas navideños alegrarán y darán ambiente al lugar, transformándolo en un rincón mágico que hará que cada invitado se sienta en el corazón de la celebración.
Sin embargo, para Nochevieja, se pueden utilizar una mayor gama de colores y también mayores adornos como velas, figuras, relojes; todo resulta apropiado para infundir alegría y crear una atmósfera festiva. Las luces parpadeantes y los brillos metálicos pueden complementar la paleta de colores elegida, desde los dorados y plateados que simbolizan la prosperidad, hasta los rojos y verdes que evocan la calidez del hogar. Además, el uso de decoraciones como confeti, serpentinas y motivos que reflejan el Año Nuevo contribuirá a elevar el espíritu de celebración, haciendo de esta noche un momento inolvidable en el que todos se reúnan para despedir el año que termina y dar la bienvenida a uno nuevo lleno de esperanza.
En los cumpleaños, onomásticos, aniversarios de boda y demás festividades, no hay que olvidar tampoco alguna nota alusiva a aquello que se celebra, ya que estas personalizaciones añaden un toque especial y significativo a la celebración. Un simple detalle que realicen ustedes mismas, ya sea a través de una tarjeta escrita a mano, un mensaje cálido o incluso un pequeño regalo simbólico, ayudará a conseguir el ambiente deseado, haciendo que cada invitado se sienta más conectado con el evento y con los homenajeados. Además, estas notas pueden servir como un recuerdo apreciado que perdurará mucho después de que la fiesta haya terminado, creando así momentos memorables que los asistentes atesorarán por siempre.
Fiestas infantiles
Parece que el niño y los buenos modales en la mesa están reñidos, pero no debería ser así. Es importante que los padres les enseñen desde muy pequeños el uso debido del cuchillo y del tenedor el saber estar quietos y comportarse como pequeñas damitas y hombrecitos. Un entrenamiento adecuado no solo les ayudará a desenvolverse en situaciones sociales, sino que también fomentará la confianza en sí mismos. Al aprender a mantener la postura adecuada y a participar en las conversaciones de manera educada, los niños desarrollan habilidades fundamentales que los beneficiarán a lo largo de su vida. Recuerden que cuando encuentran la disposición de ir como invitados a casas de nuestros familiares y amigos, los niños sabrán cómo comportarse y no los dejarán en ridículo, creando así un ambiente agradable y evitando situaciones incómodas para todos. Además, estas enseñanzas forman parte de una educación integral que les prepara para ser ciudadanos respetuosos y amables en futuras interacciones.
Si es nuestro niño quien recibe visitas (a sus amiguitos) como ocasión de su cumpleaños o de otro motivo cualquiera, es muy importante prepararle una mesa alegre, ante todo, con un lindo mantel de temas infantiles y algún muñeco en el lugar comúnmente ocupado por un ramo de flores. Además, es una excelente idea adornar la mesa con globos y serpentinas coloridas que realcen la festividad, creando un ambiente lleno de energía y alegría que entusiasme a los pequeños. Tener también preparados, inmediatamente después de la comida, algunos juegos como piñatas, juegos de mesa o actividades al aire libre para evitar el aburrimiento, será clave para que todos los niños se mantengan entretenidos y felices. El anfitrión deberá hacer el mismo caso a todos sus amiguitos y procurar que se diviertan lo más posible mientras están en su casa, prestando atención a sus intereses y preferencias para que cada uno se sienta valorado y disfrutando de su presencia en esta celebración especial.
Si la fiesta es de cumpleaños, un gran pastel con velitas y cuidado del manejo de ellas para evitar accidentes será el detalle que más ilusión les hará y que por tanto se debe cuidar en primer lugar. Es importante que el pastel sea decorado con los personajes favoritos del cumpleañero, lo que añadirá un toque personal y especial a la celebración. Al final de la comida o al término de la velada, si somos precavidas, se tendrá un pequeño detalle o regalo, como lo quieras llamar, para cada amiguito de nuestro hijo. Estos obsequios pueden ser juguetitos, golosinas o recuerdos de la fiesta que les hagan sentir apreciados y que prolonguen su alegría, así como también, quizás una tarjeta de agradecimiento escrita a mano que muestre el cariño por su asistencia y amistad.
Lo que se debe y no debe hacer
1.- No empezar nunca a comer antes de que todos los invitados hayan sido servidos. Ello tan sólo está permitido cuando los comensales son muy numerosos, ya que en tal caso los primero que hayan sido servidos, tendrían que esperar mucho tiempo y si la comida es caliente, tendrían que comerla fría.
2.- Si se cae algo de comida sobre el mantel, tratar de recogerlo discretamente con la punta del cuchillo. Es importante hacerlo con cuidado para no llamar la atención de los demás, ya que en ocasiones estos pequeños incidentes pueden ser embarazosos. Hoy en día venden manteles infantiles desechables de plástico que son una excelente opción para las comidas informales, ya que su diseño colorido y divertido hará que a los niños les encante mientras disfrutan de la comida. Estos manteles son especialmente útiles en situaciones donde se espera que la comida pueda derramarse, así que si sucede un pequeño accidente, no pasa nada y es fácil de limpiar, simplemente se retira el mantel y se desecha, dejando la mesa lista para la siguiente actividad.
3.- No se debe rechazar nada de cuanto nos ofrezcan, a pesar de que no nos guste o no nos siente bien. Es mejor que nos hagan servir una pequeña cantidad de ello y posteriormente dejarlo, ya que esto muestra una cortesía y respeto hacia la hospitalidad de nuestro anfitrión. El acto de rechazarlo podría herir los sentimientos de nuestra anfitriona, quien se ha esforzado por ofrecernos lo mejor que tiene. En cambio, si decidimos probarlo y luego dejarlo en el plato, nuestra anfitriona pensará que ya hemos comido y estará satisfecha. Es fundamental recordar que, en muchos casos, la presentación de un alimento es también un gesto simbólico, un signo de aceptación a su cultura y tradiciones, lo cual puede abrir puertas a una conversación más profunda y enriquecedora. Además, al aceptar lo que se nos ofrece, podemos fomentar un ambiente de armonía y entendimiento, demostrando que valoramos el esfuerzo y la intención detrás de la oferta.
4.- No beber el zumo de frutas que queda de una ensalada de frutas en el plato, siempre emplea una cucharilla para ello. Esto no solo garantiza una mejor experiencia al degustar cada uno de los trozos de fruta, sino que también previene que la mezcla de sabores se vuelva excesivamente dulce o empalagosa. Al tomar el zumo con una cucharilla, puedes controlar la cantidad que consumes y saborear las diferentes texturas y frescura de cada fruta, lo que realza el disfrute de esta deliciosa y saludable opción de postre o merienda. Además, al hacerlo, contribuyes a mantener la presentación del plato, evitando que se vea desordenado o inundado de líquido, lo cual es particularmente importante si estás sirviendo a invitados.
5.- Al terminar la sopa si la hay, deja la cuchara en el plato para que sea retirada; este gesto no solo es una norma de etiqueta, sino que también permite al personal de servicio entender que has finalizado ese plato en particular. En cambio, retener el tenedor y el cuchillo durante toda la comida es esencial, dejándolos juntos y paralelos a nuestra derecha hasta el final del último plato; esta disposición ordenada no solo contribuye a una presentación limpia de la mesa, sino que también refleja nuestro nivel de educación y respeto por el acto de comer y compartir con otros. En el momento en que concluyes la última etapa de la comida, es importante que los dejes también en su interior, uno al lado del otro sin cruzar, lo que señala de manera definitiva que hemos concluido al igual que lo hicimos al inicio; de no hacerlo de esa manera, obligarías al servicio a que traiga un nuevo cubierto, lo que podría interrumpir la fluidez de la experiencia gastronómica y generar confusión en el flujo del servicio.
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